Este blog, va
dedicado a mi madre, una persona, la cual, admiro mucho desde muy pequeña
porque me ha dado amor, confianza y principalmente me ha inculcado que Dios
debe ser siempre el eje central de mi vida. Me inspiré para hablar de ella,
cuando María Inés, llegó al colegio, al conversar con nosotros los estudiantes
de AP Español. Me inspiró, porque dijo que muchos de sus blogs, no hablaba únicamente
de ella, sino que ha escrito algunos blogs, sobre personas que son parte
importante de su vida. Y mi mamá, es una de las personas más importantes para
mí. Ella es más que mi madre; también es mi amiga, compañera, hermana, consejera;
en sí, es todo para mí. Ella está conmigo en cualquier momento, muchas veces le
ha tocado desempeñar el rol de padre, cuando él, se encuentra ausente. Cuando
cometo errores, ella me apoya, y corrige mis faltas de la mejor manera
primeramente por medio de la comunicación que siempre ha existido en nuestra
familia, porque siempre me ha sabido escuchar. Ella me entiende y siempre me
aconseja, porque ella siempre quiere lo mejor para mí.
Cuando ella
nació; al principio fue rechazada por su mamá, ya que parece que mi abuelita
quería un hijo varón, pero eso no la hizo sentirse despreciada; sino al
contrario, luchó por el amor y confianza de su madre. Conforme fue creciendo se
dio cuenta que en realidad sus padres la amaban mucho. Su infancia fue en una
finca, por lo tanto, no tuvo la dicha de estudiar, ya que la escuela quedaba
muy lejos de su casa. Ella, sólo pudo asistir 2 años a la escuela, pero eso no
fue impedimento para que no se pudiera desenvolver como una persona
culta ante la sociedad en la capital, porque sus padres desde pequeña
le habían enseñado buenos principios. Ella no
tiene más hermanos, ya que es hija única y la mayoría
de su infancia la pasó sin alguien con quien poder jugar, pero aun así fue muy feliz.
Su padre la
consentía mucho ya que era su princesita. Su madre la trataba con dureza, según
decía que, era la forma en que la corregía. Muchas veces ella pensó en irse de
su hogar porque su mamá le pegaba injustificadamente varias veces en el día, siendo aún pequeña.
Pero el amor incondicional que le tenía a su padre hizo que nunca abandonara su
hogar y quisiera mucho más a su madre, quién luego se dio cuenta que era una
bendición tenerla como hija. Su adolescencia,
fue muy bonita, aunque algo abrumadora; ya que tuvo que trabajar para ayudar a
sus padres, en el corte de algodón. Luego, ese trabajo, fue sustituido a
cocinera y lavadora de trastes en el comedor que mi abuelita puso en su casa
para poder ayudarse económicamente. El salario de mi abuelito no alcanzaba a
pesar que sólo, eran tres miembros en su familia. Vivían de posada en casas de familiares,
así que, decidieron venirse a la capital, para poder superar de la crisis que
estaban pasando.
A la edad de
veinte años conoció a mi padre, se juntaron con el consentimiento de sus
padres. Mi papá se la llevó a vivir a casa de mis abuelitos paternos, ella no
se negó, porque su padre siempre le inculcó que la mujer tenía que seguir
a su esposo a donde él le indicará que tenía que irse. Aunque les dolió mucho a
ellos dejarla ir, pero las cosas así tenían que ser porque los padres nunca son
dueños de sus hijos, y ellos cuando son grandes deben tomar sus propias decisiones.
Tuvo a mi hermano mayor; el cual, querían mucho y lo consentían mis abuelitos,
ya que era el único niño de su familia. Lastimosamente, cuando mi hermano tenía
seis años de edad, mi abuelito materno murió de pulmonía. Esto fue muy doloroso
para mi madre, ya que la única familia que tenía eran sus padres. Al morir su
papá ella se hizo cargo de mi abuelita , la cual , ya era avanzada de
edad. El tiempo transcurrido desde aquel fatal acontecimiento hace ya treinta y
un años, actualmente, mi abuelita vive con nosotros. Mi madre siempre vela
por el bienestar y cuida a mi abuelita con mucho amor.
Mi mamá me
cuenta que sufrió mucho tiempo, porque ella quería otro hijo, el cual, no podía
tener. Oró mucho tiempo a Dios, alrededor de veinte años, hasta que Dios me
permitió nacer, cuando ella tenía cuarenta y tres años. Cuando ella quedó
embarazada los doctores le dijeron que la criatura, iba a ser enferma
mentalmente debido a su avanzada edad. Ella llora al contarme esto, dice que
soy un milagro y que nací, porque ella le pidió mucho a Dios tener otro hijo.
Actualmente, ella es ama de casa, desde que ingresé al colegio, a la edad de 5
años. Es la persona que hasta hoy en día, está conmigo en todos mis desvelos,
sin poderme ayudar, porque no tiene ninguna preparación académica. Se levanta
media hora antes que yo, lucha conmigo cuando no me quiero levantar y está
pendiente de mí en cualquier momento. Me compra cosas sin que se las pida y
prefiere darme mis gustos, aunque eso signifique que ella, no compre ropa, ni
zapatos para ella misma. Por eso, cuando yo me gradúe primero Dios en junio de
Bachiller, será a una de las primeras personas a la que le dedicaré mi logro.
Tiene ya, 60 años de edad, pero no solo es una gran madre, sino gran esposa
también.
Ella es una persona con buenos principios, amable,
respetuosa, amorosa, entregada completamente a Dios y su familia. Es una mujer
que siempre ha luchado por sus sueños, nunca se rinde, y ha logrado en la vida
todo lo que se ha propuesto, lo cual me ha enseñado siempre. Por esta razón,
yo me siento muy orgullosa de ser su hija, porque a pesar de la adversidad
nunca se rinde y lucha por sus metas.
Es un orgullo, el que Dios me da; el de poderte llamar "Mamá" |