domingo, 20 de octubre de 2013

La vigilia de jóvenes

Todos los meses en la iglesia que asisto, el último sábado de cada mes se realiza una vigilia de las nueve de la noche a las doce de la mañana. En el mes de julio nos designaron a los jóvenes dicha vigilia. Así, que decidimos realizar algo diferente, para motivar a los jóvenes para que asistieran a la actividad. No teníamos idea de que realizar, pero los directivos nos reunimos para saber qué haríamos. Yo propuse que presentáramos un drama a la iglesia, entre todos jóvenes, la idea les pareció fantástica. El único problema, es que no sabíamos que dramatización presentar. También, se realizó el programa, donde las alabanzas, las interpretaría el grupo de la iglesia. A nuestro presidente se le ocurrió, que alguno de los cinco que integramos la directiva de jóvenes, tendría que buscar una bonita reflexión y presentarla ante toda iglesia, en un período máximo de quince minutos. Pero, nadie quería buscarla, y mucho menos presentarla ante tanta gente que asistiría esa noche. Después de estar decidiendo quien la presentaría, me designaron a mí, lo cual, me causaba muchos nervios, porque soy una persona algo tímida.

Todo lo que realizaríamos ya estaba planeado, pero no teníamos aún el drama, ni la persona designada que presentaría la reflexión. Así que le pedimos ayuda a un joven mayor a todos los directivos que nos ayudara a buscar y a organizar un buen drama con los jóvenes que desearan participar. Él accedió sin ningún inconveniente, pero como es de saberlo, controlar un grupo de jóvenes es más difícil que un grupo de niños. Porque los jóvenes responden con palabras hirientes cuando se les regaña, mientras que un niño no. Pero, gracias a Dios, el día que nos convocaron para organizar el drama, los jóvenes se comportaron muy bien. Y así empezaron los ensayos, después de establecer el drama. Al inicio de los ensayos, todos nos reíamos y nos daba pena cuando no podíamos hacer correctamente el papel que se nos había designado. Además, como buenos  guatemaltecos, que todo lo dejan para última hora, ya contábamos con unos cuantos días para ensayar nada más.  Con el esfuerzo e interés que cada participante aporto en cada ensayo, logramos organizarnos bien, aunque el último ensayo, lo hicimos un par de horas antes de la presentación.

El ensayo, ya se había realizado y mi reflexión ya estaba lista. La reflexión que busqué era sobre el perdón. Todo estaba listo, solo esperábamos que llegara la hora, yo estaba sumamente nerviosa. En el drama, saldría como endemoniada, cosa que me causaba pena y en esos momentos, sentía que la reflexión que daría se me había olvidado por completo. Todos mis amigos me decían que me tranquilizara, ya que me veían muy nerviosa porque iba a hablar durante un largo período de tiempo ante muchas personas. Además la reflexión, la haría antes que presentáramos el drama. También debía bajar rápidamente del púlpito de la iglesia e ir a cambiarme para la dramatización. Precisamente en esos momentos ya eran las nueve y media de la noche; y la reflexión la daría a las diez y diez. Mis nervios en ese momento incrementaron. Pero, fue entonces cuando ocurrió lo que nadie se imaginó. Se fue la luz.

Todos en la iglesia pensamos, que la luz regresaría rápido, pero no fue así. El reloj marcó las diez en punto, y la luz, aún no regresaba. El momento que me tocaba pasar se acercaba, pero mis nervios disminuyeron, porque ahora sin luz, ya no vería directamente a todas las personas, ni ellas a mí; solo escucharían mi voz. Me sentí tan feliz en ese momento, porque para mí, estar sin luz era algo hermoso. Aunque otros estuvieran en desacuerdo conmigo. Llego el momento, cuando mencionaron mi nombre y debía pasar. Subí al púlpito,  me sentí tan relajada y confiada que hable más de lo que debía, porque me alegre que todas las personas estaban en completo silencio escuchándome. Luego, baje aliviada y corrí rápidamente a los baños a cambiarme para la dramatización a oscuras.

Todo a nuestro alrededor estaba oscuro, lo único que nos alumbraban eran algunas candelas que unos hermanos de la iglesia fueron a comprar. Para mí, era muy gracioso dramatizar a oscuras. Aunque estar sin luz, fue lo más emocionante de la presentación, lastimosamente a eso de las doce menos cuarto, cuando ya estábamos a punto de terminar el drama, regresó la luz. Me encantó esta experiencia de presentar sin luz, deseo que se repita. Quiero que aunque haya luz en el próximo drama que presentemos, se apaguen las luces, porque me di cuenta que las personas prestan mucho más atención en situaciones así. Además, uno como presentador no se da cuenta si las personas se duermen, porque la dramatización es demasiado aburrida. También, agradezco a Dios porque todo nos salió muy bien, y a cada joven que no se negó a participar. Ahora nos damos cuenta que con la ayuda y colaboración de la mayoría las actividades son todo un éxito.

Lamentablemente, no tengo fotos de esta actividad, porque como mencioné, se fue la luz en ese momento. Pero, aquí un pequeño collage de los que participaron en la dramatización.



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