lunes, 4 de noviembre de 2013

Día de muertos en mi comunidad

Una tradición que es muy antigua en mi comunidad, mejor dicho en toda Guatemala, es la celebración del día de todos los santos difuntos o día de muertos que se celebra  el primero del mes de noviembre, para conmemorar a los familiares ya fallecidos. En mi familia no lo celebramos, pero de todos los años de mi existencia, nunca había puesto especial importancia a esta celebración. Pero, este año,  desde el momento en que mi maestra de Literatura nos designó escribir sobre esta tradición de la cual no sé mayor cosa. Así que me tocó preguntar a mis vecinos sobre la celebración y algunas veces solo observar para ver que realizaban las personas en mi entorno.

Una conocida de mi mamá que es maestra me contó que ésta celebración es muy antigua, ya que en épocas de los antiguos egipcios y babilonios ya se observaban todas estas fiestas, porque ellos así lo veían. En Mesoamérica también hay antecedentes que conmemoraban el día de los muertos con rituales muy especiales, dedicando dichas fiestas al dios Tlaloc, esto en México. Pero que en Guatemala, estas celebraciones son muy preciosas y distintas. Ella me explicaba que ahora en Guatemala, actualmente se celebra también la fiesta de Halloween, fiesta pagana que tiene sus orígenes en la antigua Irlanda, y que se celebra con mucha fuerza en Estados Unidos, también muchas personas la celebran, pero hay  que tener presente que primero tiene que ser lo nuestro. Cuando ella me mencionó esto, me recordé que el hermano menor de unas vecinas murió precisamente esa noche en un bar, celebrando esa noche acompañado de 5 jóvenes más y lo velaron el día de los muertos. Ahora estas señoras están tristes por la muerte de su hermano.

Un vecino me contaba que muchas  personas con un mes de anticipación van a limpiar, pintar las tumbas de sus parientes, otros van a hacer reparaciones, las pintan, y a veces cambian las cruces para cuando llegue el día dos de noviembre estén limpias y bonitas, ya que las mismas son las casas de sus seres queridos que han partido a la otra vida. Mi vecino también me relataba que la celebración uno de noviembre es el día de los santos, es decir, el día de los niños fallecidos, mientras que el día dos es el día de los finados, osea todos los adultos fallecidos.  Esto realmente llamó mi atención, porque según yo, no había ninguna separación entre fallecidos, pero veo que no así, ya que los niños tienen su propio día, separado de los adultos.

El día primero de noviembre aunque no me levanté muy temprano, pude observar que muchas personas  se dirigían a los cementerios a ver a sus parientes fallecidos, sin importar que estén enterrados en el interior del país y todos iban con muchas flores para enflorarlos.  Otras personas, llevan deliciosos platillos como, caldo de gallina, recados, pulique y manjares como ayote, chilacayote y jocotes en dulce que son de la temporada y que hay en abundancia.  Algunos, llevan bebidas alcohólicas y se toman unos tragos con su difunto, del licor que al finado le gustaba en vida. Comen y beben con sus muertos, y ya cuando abandonan por la noche el camposanto algunos ya van bien bolos, pero todos van felices a sus casas ya que han cumplido con sus difuntos.

Una vecina, amiga de mi abuelita me contaba que según la tradición, las oraciones y rezos que se hacen es para que los muertos que no han conseguido desprenderse de esta vida y andan en pena, se logren ir al fin a descansar en paz, durante ese día. Otros piensan, que las creencias refieren que éste es el único día que los muertos tienen el permiso para visitar las casas de sus parientes y donde ellos mismos vivieron, ya que si no, no lo pueden hacer en otro tiempo, y que por ese motivo sé que se hacen todos estos preparativos.

En algunas  lugares de mi comunidad hasta en los caminos abundan las flores de muerto, para adornar las tumbas de los difuntos. Otros más vivos van a comerse las comidas que las personas les dejan a sus muertos, cuando algunos ven que la misma ha desaparecido dicen que a su difunto le gusto ya que hasta el plato se llevó. Otro platillo muy típico de la temporada es e l delicioso fiambre, que se elabora con mucha dedicación en muchos hogares guatemaltecos. Como toda curiosa tenía la intriga de saber cómo se originó el fiambre.  Por ello, consulté señora de mi comunidad que todos los años vende fiambre, para ver si me podía ayudar. Ella no se negó, y me contó la historia mientras realizaba este delicioso platillo. Me dijo: La tradición cuenta que el origen de ésta exquisitez nació cuando en la antigua capital del Reino de Guatemala, Santiago de los Caballeros, corrió la noticia que venían del Obispado de Ciudad Real, Chiapas, México, el Obispo con una comitiva de autoridades de dicho lugar, y las monjas que estaban a cargo de todo el protocolo en la antigua capital del Reino no tenían nada preparado, de pronto a alguien se le ocurrió juntar todo lo que en su casa había y luego de mezclar todos los condimentos hicieron un platillo tan sabroso que cuando lo sirvieron a sus comensales todos estuvieron de acuerdo que era una delicia,  cuentan  que hasta la receta pidieron para llevarse y ponerla en práctica en aquellas lejanas tierras. Yo quedé asombrada.

Es por eso que el fiambre ya en nuestros días se prepara y se degusta desde el 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre. Algunos lo llevan al cementerio para degustarlo junto a sus difuntos.  Por cierto, el fiambre le quedó delicioso a la señora. Agradezco grandemente a todos los que no se negaron a brindarme información sobre ésta tradición. Y me alegro que aún existan ciudadanos que mantengan vivas las tradiciones de nuestro bello país.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario