domingo, 5 de enero de 2014

Al cine con mis amigos

Como es costumbre, en vacaciones durante las tardes, me gusta platicar con mis amigos de la colonia, pero  algunos se han ido a vivir lejos de aquí. Aunque queda único que siempre llega a hablar conmigo, mi mejor amigo Byron. Un día en medio de nuestras pláticas, le dije sin querer que él siendo mi amigo nunca me había invitado al cine, él se río y me dijo automáticamente: “La invito al cine, pida permiso y vamos”, yo me reí, porque pensé que no me dejarían ir nunca. Pero, cuando salió mi mamá a la puerta él le pregunto si me dejaba ir al cine y le dijo que sí, yo me quedé muy asombrada. Luego de la respuesta de mi madre, se nos metió a los dos la loca idea de ir al cine con un grupo de amigos de la iglesia o algunos que yo tuviera. Así que iniciamos a planear una salida, sin tener dinero ninguno de los dos. Invité a todos los que pude, sin embargo, algunos me dijeron que sí iban pero que dependía de la película  que fuéramos a ver,  cuanto costara la entrada, a qué lugar iríamos y el día que pensábamos ir, pero nosotros no sabíamos nada de eso. Así que pensamos en ir a Cinépolis, que está en  Portales, pero no sabíamos aún que películas estaban en cartelera y mucho menos cuanto valía la entrada. Pensamos con Byron averiguar por internet el costo de las entradas y que películas había para disponer el día. Pero lamentablemente el día que decidimos ir al internet a averiguar, no había señal. Ese mismo día en la noche, yo le conté a otro mi amigo, acerca de nuestra idea de ir al cine y me dijo que le parecía mucho la idea, pero me pregunto lo mismo que los demás y yo no pude responder sus preguntas, por lo que decidimos ir al día siguiente los dos a averiguar directamente que películas estaban en cartelera y el costo de la entrada.

Llegamos al lugar, como a las 12:30 p.m. sin embargo no habían abierto, por lo que decidimos ir a dar vueltas como perdidos en todo el centro comercial. Entramos a zapaterías, a ventas de instrumentos musicales, porque mi amigo quería comprar una cuerda para su bajo, entramos a un almacén de ropa, donde mi amigo se enamoró de un saco e hizo que la joven que lo atendió hasta se aburriera por lo inseguro que es al comprar y a mí me tocó estar sentada en un sillón esperando que él se probara un montón de sacos de diversos colores, hasta que al fin se decidió por uno y lo compró. Ese tiempo que estuvimos en el almacén fue suficiente para que abrieran el Cine para poder ingresar a preguntar el costo de las entradas y ver la película de cartelera. En ese preciso momento nos decidimos por la película que queríamos ver y dispusimos que iríamos al día siguiente a verla, ya que mi amigo tenía que ir a trabajar los días siguientes y yo pronto me iría con mi hermano. Cuando íbamos de regreso a casa, se me ocurrió llamar a mi mejor amiga de los básicos para ver si nos acompañaba al cine el día siguiente, y ella aceptó con gusto.

Llegó el día que iríamos al cine, pero solo fuimos cuatro, Ángela, Byron, Artemio y yo, pensé que sería aburrido, puesto que íbamos pocos, pero no, fue divertido. Iniciamos con un mal hecho, la camioneta donde íbamos se descompuso en el camino y estuvimos esperando hasta que la arreglaron. Llegamos un poco tarde de lo planeado, porque la película iniciaría a las 3:20 p.m. así que corrimos a comprar los poporopos y las aguas y posteriormente ingresamos a la sala para que iniciara la película. No pensamos que la película que veríamos era cristiana, así que nos asombramos cuando nos dimos cuenta, pero fue una gran película, nos dejó un gran mensaje a los cuatro. Todos nos reíamos mucho, a veces hasta nos querían callar. Salimos corriendo del cine, porque ya era tarde y abordamos una camioneta roja, para dirigirnos hacía el estacionamiento de buses, que nos llevan a nuestras casas. Retornamos a nuestros hogares, a eso de las 7:30 p.m. gracias a Dios no nos regañaron, pero fue hermoso pasar tiempo con mis amigos, en especial con Ángela, a quien tenía muchos meses de no verla. Por eso, espero que se repita de nuevo esa salida, aunque ya quedamos que volveremos a ir al cine juntos, aunque si se quieren unir otros a nosotros no estaría mal.




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