Como es
costumbre, en vacaciones durante las tardes, me gusta platicar con mis amigos
de la colonia, pero algunos se han ido a
vivir lejos de aquí. Aunque queda único que siempre llega a hablar conmigo, mi
mejor amigo Byron. Un día en medio de nuestras pláticas, le dije sin querer que
él siendo mi amigo nunca me había invitado al cine, él se río y me dijo automáticamente:
“La invito al cine, pida permiso y vamos”, yo me reí, porque pensé que no me
dejarían ir nunca. Pero, cuando salió mi mamá a la puerta él le pregunto si me
dejaba ir al cine y le dijo que sí, yo me quedé muy asombrada. Luego de la
respuesta de mi madre, se nos metió a los dos la loca idea de ir al cine con un
grupo de amigos de la iglesia o algunos que yo tuviera. Así que iniciamos a
planear una salida, sin tener dinero ninguno de los dos. Invité a todos los que
pude, sin embargo, algunos me dijeron que sí iban pero que dependía de la
película que fuéramos a ver, cuanto costara la entrada, a qué lugar
iríamos y el día que pensábamos ir, pero nosotros no sabíamos nada de eso. Así
que pensamos en ir a Cinépolis, que está en
Portales, pero no sabíamos aún que películas estaban en cartelera y
mucho menos cuanto valía la entrada. Pensamos con Byron averiguar por internet
el costo de las entradas y que películas había para disponer el día. Pero
lamentablemente el día que decidimos ir al internet a averiguar, no había
señal. Ese mismo día en la noche, yo le conté a otro mi amigo, acerca de
nuestra idea de ir al cine y me dijo que le parecía mucho la idea, pero me
pregunto lo mismo que los demás y yo no pude responder sus preguntas, por lo
que decidimos ir al día siguiente los dos a averiguar directamente que
películas estaban en cartelera y el costo de la entrada.
Llegamos
al lugar, como a las 12:30 p.m. sin embargo no habían abierto, por lo que
decidimos ir a dar vueltas como perdidos en todo el centro comercial. Entramos
a zapaterías, a ventas de instrumentos musicales, porque mi amigo quería
comprar una cuerda para su bajo, entramos a un almacén de ropa, donde mi amigo
se enamoró de un saco e hizo que la joven que lo atendió hasta se aburriera por
lo inseguro que es al comprar y a mí me tocó estar sentada en un sillón
esperando que él se probara un montón de sacos de diversos colores, hasta que
al fin se decidió por uno y lo compró. Ese tiempo que estuvimos en el almacén
fue suficiente para que abrieran el Cine para poder ingresar a preguntar el
costo de las entradas y ver la película de cartelera. En ese preciso momento
nos decidimos por la película que queríamos ver y dispusimos que iríamos al día
siguiente a verla, ya que mi amigo tenía que ir a trabajar los días siguientes
y yo pronto me iría con mi hermano. Cuando íbamos de regreso a casa, se me
ocurrió llamar a mi mejor amiga de los básicos para ver si nos acompañaba al
cine el día siguiente, y ella aceptó con gusto.
Llegó
el día que iríamos al cine, pero solo fuimos cuatro, Ángela, Byron, Artemio y
yo, pensé que sería aburrido, puesto que íbamos pocos, pero no, fue divertido.
Iniciamos con un mal hecho, la camioneta donde íbamos se descompuso en el
camino y estuvimos esperando hasta que la arreglaron. Llegamos un poco tarde de
lo planeado, porque la película iniciaría a las 3:20 p.m. así que corrimos a
comprar los poporopos y las aguas y posteriormente ingresamos a la sala para
que iniciara la película. No pensamos que la película que veríamos era
cristiana, así que nos asombramos cuando nos dimos cuenta, pero fue una gran
película, nos dejó un gran mensaje a los cuatro. Todos nos reíamos mucho, a
veces hasta nos querían callar. Salimos corriendo del cine, porque ya era tarde
y abordamos una camioneta roja, para dirigirnos hacía el estacionamiento de
buses, que nos llevan a nuestras casas. Retornamos a nuestros hogares, a eso de
las 7:30 p.m. gracias a Dios no nos regañaron, pero fue hermoso pasar tiempo
con mis amigos, en especial con Ángela, a quien tenía muchos meses de no verla.
Por eso, espero que se repita de nuevo esa salida, aunque ya quedamos que
volveremos a ir al cine juntos, aunque si se quieren unir otros a nosotros no
estaría mal.
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