Esta
entrada está dedicada a una persona muy especial, llamada Beatriz Castañeda,
quién ha leído alguno de mis escritos, me refiero a estas entradas y quién dice
que le han encantado todas las que ha leído. Así que ha llegado el momento de
dedicarle una especialmente para ella, en conmemoración de nuestros cuatro años
de conocerlos y tres que nació nuestra amistad, la que se convirtió hasta hoy
en día, en única, verdadera y especial.
Aunque admito que al principio me caía mal, por petulante, engreída, la chica más linda, la popular y se la llevaba
por ser alta, pero da la casualidad que su orgullo de ser alta no iba conmigo,
porque soy igual de alta que ella. Se me olvidó mencionar que la conocí, cuando
ingresé a la educación básica en un establecimiento nuevo para mí, bueno
realmente todos éramos nuevos, ya que en el lugar solo imparten educación
básica. Lo bueno, es que la mayoría de chicos con los que curse la primaria, se
fueron a estudiar allí, incluyendo a mi pequeña hermanita, la cual conozco
desde cuanto tenía dos meses de nacida, por lo tanto no me sentía sola en ese
establecimiento y lo mejor es que quedamos juntas en la misma sección. Cuando
conocimos a todos, nuestros compañeros con los que compartiríamos ese ciclo
escolar no mucho nos agradaron, detestando especialmente a la chica grandota y
rara de la clase (Beatriz), a quién juzgué sin darme motivos para hacerlo,
porque durante ese ciclo casi nunca le hablé y la verdad no me importaba su
presencia o ausencia. Y así transcurrió ese ciclo escolar, odiando a la chava
que se la llevaba como la mejor jugando fútbol.
Nuestra
amistad con la chica a quien está
dedicada esta entrada, nació hasta en segundo básico, la verdad no me recuerdo
como nos empezamos a hablar con más confianza y cómo surgió todo, algo que
realmente me sorprende de mí ahora que escribo esta entrada, porque nunca se me
olvidan las cosas que verdaderamente me importan o momentos que no deseo
olvidar. Sólo me recuerdo que segundo básico fue el mejor año de mi vida
escolar hasta el momento, ya que mi grupo de amigas de confianza, solo lo
conformaba mi hermana pequeña que conozco de toda la vida aumentó, integrándose
dos personas más, mi hermanita y mi hermana menor a quienes les digo así
cariñosamente. Los momentos vividos durante ese año, los llevo siempre en mi
mente y corazón, porque fueron especiales. Mencionaré algunos momentos
memorables al lado de mi castaña, Beatriz; como los días en que tuvo su primer
novio y nos hizo quedarnos a las tres esperándola después de clases hasta tarde
para que pudiera dar algunos besos con el primer amor de su vida, con quien
terminó algunos días después, por algunas diferencias en carácter. Las alegadas
con todas las chicas de la clase, por perder un partido de chicas. Acompañar a
la grandulona a la parada todas las tardes y esperar a veces hasta que se
fuera. Molestar y reírnos hasta que nos doliera el estómago de tanta risa en la
clase. Escuchar todas las aventuras de la Bea y pelearnos muchas veces, hasta
llegar al punto de llorar. Hacer grupos de trabajo juntas, visitas a mi casa,
hacerle favor de tirar la basura, cuando ella de haragana no lo quería hacer,
escuchar sus palabras de enamorada que tenía para algún chico desconocido que
veía en los buses. Plancharme el pelo en la clase, dramatizar el 15 de
septiembre, jugar fútbol, algo que realmente amaba hacer con la delantera y
goleadora experta. Criticar, chismear, juzgar, contar chistes e incluso salir a
caminar durante algunos períodos cuando los profesores no llegaban.
Podría
agrandar aún más mi entrada si contará todas nuestras aventuras no sólo de
segundo, sino también cuando estuvimos juntas en tercero, pero creo que se aburría
de leer tanto. Mi amiga guapa, es realmente única, alguien confiable, amistosa,
sociable, molestona, risueña, deportista, hermosa, cariñosa, loca, enojona a
veces, llorona y sobre todo amigable. Quiero que sepa que para mí es mi
hermanita menor súper especial, a la que
quiero un montón. Gracias a Dios por la magnífica oportunidad que me dio de conocerla
durante mi educación básica y que se convertiría en mi mejor amiga como lo es
hasta hoy, aunque extraño mucho sus molestaderas, pero aun así hablamos por
Facebook o por teléfono. Espero volver a estar a su lado en la Universidad,
primero Dios entremos las dos, así podré verla todos los días. Realmente,
aunque ella piense que yo no la valoro o la olvido, quiero que sepa que nunca
la olvidaría si siempre la llevo en mi corazón y que no piense que no la
valoro, porque si no, no la consideraría mi hermana menor, ni mi cuñada. Ojalá
algún día la dejen venir a molestar a mi casa o a jugar fútbol, ya que sin
ella, no puedo jugar bien ese deporte que tanto me gusta, ya que no está quien
me apoye ni me diga que hacer. En resumen, la quiero bastante, esperando que
nunca cambie, ni me olvide, porque la verdad la extraño mucho, pero me alegra
cuando me visita en la parada del bus en la mañana, aunque sea por pocos
minutos. Ya no tengo quien se burle de mis chistes sin gracia o me diga “Shut”.
Estoy muy segura que nuestra amistad durará siempre, porque no soportaría estar
enojada con ella. Deseo con el corazón
que esta entrada la pueda leer mi mejor amiga (hermana menor), se ría un poco de mis escritos y le guste,
porque la hice con todo mi esfuerzo y dedicación, especialmente para ella.
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