domingo, 4 de mayo de 2014

Mi patojona especial

Esta entrada está dedicada a una persona muy especial, llamada Beatriz Castañeda, quién ha leído alguno de mis escritos, me refiero a estas entradas y quién dice que le han encantado todas las que ha leído. Así que ha llegado el momento de dedicarle una especialmente para ella, en conmemoración de nuestros cuatro años de conocerlos y tres que nació nuestra amistad, la que se convirtió hasta hoy en día,  en única, verdadera y especial. Aunque admito que al principio me caía mal, por petulante, engreída,  la chica más linda, la popular y se la llevaba por ser alta, pero da la casualidad que su orgullo de ser alta no iba conmigo, porque soy igual de alta que ella. Se me olvidó mencionar que la conocí, cuando ingresé a la educación básica en un establecimiento nuevo para mí, bueno realmente todos éramos nuevos, ya que en el lugar solo imparten educación básica. Lo bueno, es que la mayoría de chicos con los que curse la primaria, se fueron a estudiar allí, incluyendo a mi pequeña hermanita, la cual conozco desde cuanto tenía dos meses de nacida, por lo tanto no me sentía sola en ese establecimiento y lo mejor es que quedamos juntas en la misma sección. Cuando conocimos a todos, nuestros compañeros con los que compartiríamos ese ciclo escolar no mucho nos agradaron, detestando especialmente a la chica grandota y rara de la clase (Beatriz), a quién juzgué sin darme motivos para hacerlo, porque durante ese ciclo casi nunca le hablé y la verdad no me importaba su presencia o ausencia. Y así transcurrió ese ciclo escolar, odiando a la chava que se la llevaba como la mejor jugando fútbol.
 

Nuestra amistad con la chica  a quien está dedicada esta entrada, nació hasta en segundo básico, la verdad no me recuerdo como nos empezamos a hablar con más confianza y cómo surgió todo, algo que realmente me sorprende de mí ahora que escribo esta entrada, porque nunca se me olvidan las cosas que verdaderamente me importan o momentos que no deseo olvidar. Sólo me recuerdo que segundo básico fue el mejor año de mi vida escolar hasta el momento, ya que mi grupo de amigas de confianza, solo lo conformaba mi hermana pequeña que conozco de toda la vida aumentó, integrándose dos personas más, mi hermanita y mi hermana menor a quienes les digo así cariñosamente. Los momentos vividos durante ese año, los llevo siempre en mi mente y corazón, porque fueron especiales. Mencionaré algunos momentos memorables al lado de mi castaña, Beatriz; como los días en que tuvo su primer novio y nos hizo quedarnos a las tres esperándola después de clases hasta tarde para que pudiera dar algunos besos con el primer amor de su vida, con quien terminó algunos días después, por algunas diferencias en carácter. Las alegadas con todas las chicas de la clase, por perder un partido de chicas. Acompañar a la grandulona a la parada todas las tardes y esperar a veces hasta que se fuera. Molestar y reírnos hasta que nos doliera el estómago de tanta risa en la clase. Escuchar todas las aventuras de la Bea y pelearnos muchas veces, hasta llegar al punto de llorar. Hacer grupos de trabajo juntas, visitas a mi casa, hacerle favor de tirar la basura, cuando ella de haragana no lo quería hacer, escuchar sus palabras de enamorada que tenía para algún chico desconocido que veía en los buses. Plancharme el pelo en la clase, dramatizar el 15 de septiembre, jugar fútbol, algo que realmente amaba hacer con la delantera y goleadora experta. Criticar, chismear, juzgar, contar chistes e incluso salir a caminar durante algunos períodos cuando los profesores no llegaban.


Podría agrandar aún más mi entrada si contará todas nuestras aventuras no sólo de segundo, sino también cuando estuvimos juntas en tercero, pero creo que se aburría de leer tanto. Mi amiga guapa, es realmente única, alguien confiable, amistosa, sociable, molestona, risueña, deportista, hermosa, cariñosa, loca, enojona a veces, llorona y sobre todo amigable. Quiero que sepa que para mí es mi hermanita menor súper especial, a la  que quiero un montón. Gracias a Dios por la magnífica oportunidad que me dio de conocerla durante mi educación básica y que se convertiría en mi mejor amiga como lo es hasta hoy, aunque extraño mucho sus molestaderas, pero aun así hablamos por Facebook o por teléfono. Espero volver a estar a su lado en la Universidad, primero Dios entremos las dos, así podré verla todos los días. Realmente, aunque ella piense que yo no la valoro o la olvido, quiero que sepa que nunca la olvidaría si siempre la llevo en mi corazón y que no piense que no la valoro, porque si no, no la consideraría mi hermana menor, ni mi cuñada. Ojalá algún día la dejen venir a molestar a mi casa o a jugar fútbol, ya que sin ella, no puedo jugar bien ese deporte que tanto me gusta, ya que no está quien me apoye ni me diga que hacer. En resumen, la quiero bastante, esperando que nunca cambie, ni me olvide, porque la verdad la extraño mucho, pero me alegra cuando me visita en la parada del bus en la mañana, aunque sea por pocos minutos. Ya no tengo quien se burle de mis chistes sin gracia o me diga “Shut”. Estoy muy segura que nuestra amistad durará siempre, porque no soportaría estar enojada con ella.  Deseo con el corazón que esta entrada la pueda leer mi mejor amiga (hermana menor),  se ría un poco de mis escritos y le guste, porque la hice con todo mi esfuerzo y dedicación, especialmente para ella.


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