Bueno,
la verdad no sé por primera vez como empezar una entrada de blog, ya que actualmente con la
persona a quien va dirigida esta entrada,
nos peleamos por algo realmente insignificante, que al recordarme me
pone muy triste, porque nunca pensé que me pelearía con alguien que pasó a ser
mi hermano menor. Creo que
iniciaré contando la manera en que lo conocí, aunque me da miedo que ciertas
personas puedan leer esta entrada y pueda meterme en problemas, por eso no
revelaré en ningún momento su nombre.
Todo
inició en el mes de diciembre, cuando su
novia me invitó a dar una vuelta,
junto con otros amigos de ella, a un reconocido lugar cerca del colegio,
mientras esperábamos que llegara la tarde para asistir a un evento que todos
esperábamos como despedida del año y que marcaba el inicio a nuestras
vacaciones de medio ciclo escolar. Iniciamos caminando por todo el lugar,
fuimos a una pista de patinaje a ver a
unos chicos que realmente nos hicieron reír por todas las veces en que se
cayeron, porque nunca había patinado. Cuando salimos del lugar, nos topamos que
había llegado el novio de la chica que me había invitado a ir a dar una vuelta,
nos lo presentó a todos los que íbamos con ella y él se comportó muy amable con
todos, aunque para mí era un desconocido, me cayó bien, sólo que al momento que
me lo presentó presentí que a ese chico le volvería hablar de nuevo, pero después de un rato, ya no le puse
importancia y creí que había sido un pensamiento bobo. Después decidimos ir a
comer un helado y a buscar un cajero, pero caminamos un montón y no
encontrábamos uno. Por lo tanto, decidimos ir a buscar el cajero solo cuatro
personas, pero no estaba incluida la chica y su novio, ya que ellos se
desaparecieron rápidamente. Encontramos el cajero, lo utilizamos y decidimos
regresar a buscar a los dos tórtolos, la sorpresa fue que no estaban y nos
sentimos perdidos por un instante. Al fin, después de un rato de búsqueda los
encontramos, pero los demás que también iban con nosotros tampoco estaban así
que emprendimos una nueva búsqueda. Lamentablemente, no los encontramos, así
que decidimos regresarnos al colegio, pero nadie se despidió del chavo extraño
que conocimos, de quién apenas supimos su nombre. Y así, terminó, ese largo
día.
Más
adelante, encontré por accidente a ese chico a quién había conocido algunos
días atrás en Facebook en el muro de su novia. Así que, decidí enviarle una
solicitud, la cual fue aceptada algunos días después. Pasaron dos meses, pero
yo jamás le hablé a este joven, hasta se me había olvidado que lo tenía de
amigo, solo me recordé, porque cuando me ubicaba en el sitio de inicio en
Facebook, observaba algunas publicaciones que le habían hecho o el mismo había
escrito recientemente. Más adelante, él le daba “me gusta” a algunas
publicaciones mías, principalmente algunas de desamor, entonces inicié a hacer
lo mismo con las publicaciones que él hacía, más las de deportes, ya que su
vida es el fútbol. Conforme pasó el tiempo, fueron aumentando los “me gusta” de
ambos, pero me pareció extraño cuando él, comenzó a publicar muchas cosas de
desamor, porque era novio de la chica que conozco. La curiosidad me invadió y
le pregunté a una persona si ellos habían terminado y me contó que sí habían
terminado desde hacía un mes, lo cual me extrañó muchísimo, ya que a ella no la
notaba para nada triste. Aunque sabía, que ellos ya no eran novios, yo nunca
quise hablarle a él, ya que soy mala para hablarles a “desconocidos”, aún por
redes sociales. Deseaba hablarle para preguntarle directamente a él, si era
cierto de lo que me había enterado, pero no sabía de qué forma hacerlo, hasta
que una madrugada mientras hacía tareas y decidí chequear mi cuenta de Facebook
tenía una notificación que él había comentado una publicación mía, así que
decidí devolverle de la misma forma el comentario; es decir, comentando una
imagen que él tenía. Mi sorpresa fue que él me respondió el comentario y luego
decidí comentar otra imagen, la cual volvió a responderme, velozmente se incrementaron
los comentarios en las imágenes, pero los dos nos pusimos muy sentimentales,
así que él llego al punto de decirme, que mejor habláramos por chat, a lo que
accedí inmediatamente.
Iniciamos
una conversación en chat, que realmente fue extensa, ya que llegué al punto de
desvelarme hasta las cuatro de la madrugada para hablar con él, ya que su forma
de ser es muy bonita y me cayó muy bien desde el principio, sino en algún
momento lo hubiese dejado en visto. Comenzamos a hablar de tema muy poco
peculiar, el amor, mejor dicho el desamor y hablamos principalmente del
rompimiento con su novia, el cual yo no creía. Desde el principio, se ganó mi
confianza algo que no es muy usual, ya que le conté mi experiencia amorosa nada
agradable y él me contó todo lo que había sucedido con su amada, porque él
realmente estaba enamorado de ella, como se dice vulgarmente, colgado y no
podía olvidarla, deseando con toda su alma volver con ella, como si fuese la única
mujer en todo el planeta; se notaba claramente que no la había olvidado aún.
Recuerdo bien que los mensajes de ambos eran muy, pero muy extensos, algo que
me agrada que las personas hagan cuando converso por chat, ya que detesto los
mensajes cortos. Lastimosamente, yo le conté algo que él, no hubiese querido
escuchar nunca, lo cual lo decepcionó de ella, pero de boba yo se lo dije,
porque pensaba que ya no tenía contacto con la que ahora era su exnovia, ya que
creí ciegamente en él, confiando que él no le reclamaría. Me equivoqué, porque
él le reclamó a ella, diciéndole que yo era la que le había contado, y
posteriormente la chica me reclamo a mí. Yo realmente ya no quería hablarle,
porque no hay peor cosa que recibir una traición de parte de alguien que
realmente confiaste. Pero, más adelante todas las cosas se arreglaron, lo
perdoné por lo que hizo y continuamos con nuestras largas pláticas en la
madrugada o durante el día los fines de semana. Durante los primeros días en
que nuestra amistad fue surgiendo, asistimos a una misma fiesta, donde pude
verlo nuevamente, y habíamos quedado en que brindaríamos por nuestra nueva
amistad, pero lamentablemente no se pudo, ya que solo hablamos antes de entrar
a la fiesta y luego desapareció con su novia.
Las
conversaciones continuaban, al punto que su confianza hacía mí aumentó, contándome
su historia, lo que le gusta hacer, por cierto, es jugar fútbol, déjenme decir,
que es una estrella para jugar fútbol, este deporte para él es su vida, por
cierto, también ama los licuados de banano con leche. También me contó su
historia de amor con ella, todo lo que hace, lo que está estudiando, sus problemas,
sus sueños, los errores que ha cometido y lo que lo hace feliz. Todo eso
realmente me hizo sentirme una persona especial, porque me permitió conocerlo
más, alegrándome cuando él regresó con su novia, aunque ella actualmente me
odia, por algo realmente que no vale la pena recordar y supuestamente, ella si
me disculpó por lo que pasó, porque yo tuve la culpa, pero ahora no puede ni
verme, me hace caras y ha puesto a otros de mis amigos en contra mía, pero
bueno no le pongo mucha importancia. E l
odio que ella tiene contra mí, no fue lo
suficiente para que le dejara de hablar a su novio, más bien fortaleció nuestra
amistad, ya que me convertí en la vigilante de todo lo que ella hace, lo que
considero que fue un error.
Conforme
nuestra amistad se fue fortaleciendo, se transformó en hermandad, convirtiéndose
así en mi hermano menor, haciendo varias promesas, de las cuales ya cumplimos
una, que era, venirme a visitar a mi casa para semana santa, donde yo debía invitarlo
a un licuado y a jugar futbol. Ese día fue genial, ya que él no desconocía el
lugar donde yo vivo, pero aunque no fue divertida la visita, porque casi no
jugamos, fue especial y suficiente solo con su visita. Además, pudo disfrutar
de un delicioso licuado que tanto le gustan y conocer a mi mamá. También, pude
verlo jugar y realmente es un maestro con eso del fútbol. Habíamos quedado en
que me invitaría un día a su casa, que nos juntaríamos de nuevo, porque se
llevó la micro de mi celular y que asistiría a mi graduación con un cartelito,
para que luego yo asista a la graduación de él que será hasta el próximo año. Cosas
que ya no se llevarán a cabo, lo que me pone muy triste.
Él
es una persona genial, amigable, lindo, gran deportista, cariñoso, algo
enojado, estudioso (solo haciendo formatos se la pasa toda las tardes),
risueño, platicador y buenísima onda, en resumen una persona única. Espero que
otras personas lo valoren tanto como yo lo hacía, ya que es una persona
especial. Extrañaré mucho decirle hermano menor, molestarlo, llamarlo, hacerle
bullying, enojarlo, regañarlo y notificarle cuanta cosa veo. Nunca pensé que
podría encontrar en una persona como él, el hermano menor que tanto desee
tener, pero fue así, aunque fue de una manera muy temporal, ya que apenas llevabámos
dos meses y medio de conocernos. Estaré agradecida siempre con Dios por conocer
al que me hubiese gustado tener como hermano menor. Pero, debemos aceptar como
son las cosas, ya que no pasan por gusto.
Todo
iba bien, hasta que hubo un mal entendido hace un par de días, donde llegué al
punto de decirle que era mejor ya no hablarnos y olvidar que algún día existió
nuestra amistad, incluso olvidar nuestra hermandad, aunque sé que para mí será difícil,
porque realmente es una persona muy importante para mi vida, porque no es solo
mi amigo, sino mi hermano menor, el cual quiero mucho. Reconozco que el amor de
hermanos puede superar cualquier obstáculo, por más fuerte que sea, pero creo
que él, ya no me aprecia, ya que cuando le dije que era conveniente mejor ya no
hablar, pareció que le importó poco, aunque yo lo entiendo, porque sé que si
nuestra amistad y hermandad continúa tal
vez se vea afecta su relación con el amor de su vida. Y aunque me duela mucho
decirlo, sólo quiero agradecerle con todo el corazón, la confianza, las risas
que me sacó cuando vino a visitarme, las llamadas por teléfono, las noches de
desvelo hablando, las pláticas largas por Twitter y BBM, sus consejos, su
cariño, sus regaños, sus preguntaderas, molestaderas, escucharlo cantar, el
recuerdo que me escribió, oír sus
enojos, malas expresiones y sus preocupaciones hacia mi persona, harán que lo
recuerde siempre. Él será siempre mi hermano menor del alma y deseo que sepa
que cuando me necesite puede buscarme, que siempre estaré ahí cuando me
necesite, además conoce donde vivo y tiene mi número de celular. Pensé que
nuestra hermandad duraría por siempre como habíamos prometido, pero Dios sabe,
porque suceden las cosas. Espero que le vaya bien en la vida, que alcance sus
sueños, metas, sea feliz y siga amando a su novia como hasta hoy.
Me
despido de una vez por todas de mi hermano menor, deseándole lo mejor del mundo, prometiendo ya
no molestarlo más. Ojalá algún día me pueda mandar con alguien la micro con la
que se quedó. Espero que recuerde que
siempre ocupará un lugar en mi corazón y que lo quiero bastante.