Esta es una de las
frases que más me motivó del libro “En la silla de Morfeo”, pero la comprendí
mejor con la charla de Alan Tenenbaum, autor de dicha obra. Considero que
realmente esta frase reanima no solo la vida de Alan, por lo que expresa, si no
a muchas personas que a veces renegamos de lo que nos sucede a diario, sin
saber que lo que nos sucedió no es del todo negativo, siempre hay un propósito,
el cual debemos aprovechar. Por lo general, a veces pensamos que las piedras no
sirven para nada, más que para hacernos tropezar, sin saber que hasta la piedra
más insignificante nos puede ayudar, no sólo a nosotros, sino a otras personas
que nos rodean. Esta frase la asocio también con otra que aparece en el libro
que es; “Permitido caerse, pero obligatorio levantarse”, porque generalmente,
las piedras son vistas como un medio de tropiezo, es decir, una medio de caída,
pero para aprovechar la caída, es necesario levantarse. También de esta frase
aprendí, que todo lo que nos rodea no debemos menospreciarlo, me refiero
especialmente a las personas, porque no sabemos si a la persona que vemos como
inferior a nosotros es de la que más podremos necesitar en el futuro.
En la vida de Alan,
relatada en el libro, especialmente esta premisa de vida le fue de gran utilidad
después del accidente que sufrió, el cual le ocasionó quedar en una silla de
ruedas para el resto de su vida, pasando de ser una persona independiente a ser
casi totalmente dependiente de su familia, amigos y personas que lo rodean. Cuando
Alan Tenenbaum llegó al colegio a darnos una charla acerca de su vida y de la
creación de su nuevo libro, el cual ya habíamos leído, quedé impactada, porque
se ganó todo mi respeto y admiración por ser una persona, incluso más positiva
y alegre que nosotros que no estamos en una silla de ruedas, como él. Y la
premisa de vida que realmente me llegó al alma, fue la aparece en el título de
esta entrada, porque nunca me había puesto a pensar que los tropezones que
sufrimos en la vida, los debemos aprovechar, porque suceden por algún motivo,
que tal vez desconocemos, pero conforme transcurre el tiempo deberíamos de
darle utilidad a las caídas que sufrimos y por supuesto levantarnos. La vida de Alan es un ejemplo evidente, que
está haciendo suya esta premisa de vida, porque a pesar de estar en una silla
de ruedas, que en este caso sería la piedra, su vida continúa y gracias a estar
en esa condición puede dar pláticas motivadoras a otros chicos como nosotros
para que valoremos la vida y apreciemos que no tenemos ninguna discapacidad. Como él mismo dijo en la charla, que gracias a su estado, le ha perdido el
miedo a hablar en público. También gracias a su accidente, logró escribir un libro, el cual talvez nunca hubiese escrito, sino ubiera sido por ese suceso, es decir que realmente está aprovechando esa piedra
que se interpuso en su camino y lo quería derribar completamente. Sin embargo,
él se ha interpuesto y le ha sacado ventaja a su situación física.
Por lo tanto, ahora
mi perspectiva del mundo ha cambiado y gracias a la plática de Alan, no
renegaré de todo lo malo que me suceda, ni me quedaré de brazos cruzados cuando
sienta que una piedra que estaba en el camino me derribó. Al contrario, me
levantaré, aprovecharé y tomaré ventaja de lo que me haya sucedido, demostrándole
al mundo que no existirá ninguna piedra en el camino que sea capaz de
derribarme.
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