domingo, 13 de abril de 2014

Una loca aventura con una amiga especial

Esta es una gran aventura que tuve con una de mis mejores amigas del colegio, alguien que se ha convertido en una persona muy especial para mí. Aunque admito que ella me caía mal en cuarto bachillerato, por algunos motivos que ella ya conoce, pero como dicen “No juzgues a nadie antes de conocerlo”, frase que considero muy verídica, porque me ha pasado con varias personas, que al inicio me caían mal y luego se convierten en seres especiales. No recuerdo la manera en que comenzamos a conocernos mejor con mi amiga, pero ahora paso muchos momentos al día con ella. Compartimos algunas cosas en común, por ejemplo; el año de nacimiento, el mes (septiembre) y la misma edad, pero en actitudes somos muy contrarias. Considero que ella, es una persona muy tierna y divertida a su manera, aunque algunos digan que no lo es, pero realmente no la conocen bien. Para fiestas, molestaderas y hablar de chavos guapos, ella es la mejor. Agradezco de todo corazón su confianza, sé que no la defraudaré, también me encanta hacerle bullying con un compañero de la clase, aunque yo sé que a ella no le gusta y que se enoja, pero me divierto haciendo eso. Ella sabe que la admiro demasiado, más su manera de socializar tan rápido con personas que no conoce y su peculiar manera de conquistar a muchos chavos. Pero en fin, la entrada no solo se trata de ella, sino de una aventura que viví con ella hace algunos días.

Todo comenzó un día que salimos del colegio, a la escuela donde realizaremos nuestro seminario, fue algo que no planeamos con anticipación, pero nos la pasamos genial. Ese día miércoles, salimos del colegio a las 1:10 pm y nos dirigimos a la escuela República de Panamá, con otras compañeras que tienen vehículo. El objetivo de salir temprano para nuestros demás compañeros, era regresar temprano al colegio, me refiero a eso de las tres de la tarde, para poder abordar los buses de las cinco de la tarde, ya que todos estamos acostumbrados a las rutas del colegio. Pero, como era de imaginarse, mi amiga que menciono en esta entrada no quería regresar al colegio, porque deseaba llegar temprano a su casa y pues a mí también me contagio con esa idea de llegar temprano. El problema es, que yo me pierdo fácilmente en la ciudad, porque no se me quedan las zonas y avenidas, también es que no me gusta andar sola en la calle, me da miedo, por eso decidí aliarme con ella, para que nos viniéramos juntas ya que vivimos algo cerca. Entonces, después que salimos de la escuela, todos regresaron al colegio y nosotros comenzamos a caminar hasta llegar a una banca que está en la acera en medio de la calle cerca de un redondel, en la zona 14, donde hay una parada de Transmetro. Decidimos sentarnos un rato en esa banca a almorzar, ya que ambas teníamos mucha hambre y de paso aprovechamos a hacer algunas tareas, bueno en realidad hicimos unos recuerdos en algunos cuadernos de unos compañeros, después que almorzamos. Y nos quedamos ahí alrededor de una hora, porque estuvimos esperando a unos amigos de mi amiga, que estudian en la Escuela Técnica Militar de Aviación, para que nos viniéramos juntos y como nosotras salimos de nuestro trabajo de seminario temprano los esperamos, ya que ellos salían hasta las cuatro de la tarde.

Estar en la banquita con mi amiga a media calle, fue emocionante, porque muchas personas nos veían extrañados, pero a nosotras no nos importaba. Nos burlamos de muchas personas y yo me burlé específicamente de una joven que estaba en otra banca frente a nosotras que hablaba por celular, porque al parecer su novio la dejó burlada en el lugar. También se me olvidaba mencionar, que ese día había mucho viento y nosotras estábamos debajo unos árboles temblado del frío. Otra cosa peculiar que nos sucedió, fue que pensamos que nadie se daría cuenta de que estábamos ahí, pero resulta que una niña de noveno grado del colegio nos vio ahí sentadas cuando pasó en el bus del colegio por el lugar y nos mandó un mensaje por Facebook. La verdad, yo no me di cuenta a qué hora paso el bus del colegio por allí, pero mi amiga si se dio cuenta, pero cuando me aviso para que observara el bus ya había pasado.

Más tarde, cuando llegaron los dos amigos militares de mi amiga al lugar donde estábamos sentadas, nos fuimos a la parada del Transmetro hacia la 18 calle, zona 1, para tomar nuestro siguiente bus. Resulta que al llegar a la zona 1, los amigos de mi amiga, nos invitaron a comer unas tortas mexicanas, porque ellos cargaban mucha hambre. Fuimos a comer, pero aún ahí todavía sus amigos no eran tan cordiales que digamos. Luego, salimos de la venta de las tortas y tomamos nuestro siguiente bus, estando ahí todo se volvió molestadera y risa tras risa, ya que esos dos amigos militares son realmente chistosos, especialmente uno. Uno de ellos, hasta me hizo repetir algo realmente absurdo y mi amiga los molestaba a cada rato, aunque con uno de ellos que es el más molestón iba enojada, aun así lo molestaba. Lastimosamente, cuando ya había agarrado confianza con ellos, me tuve que bajar, porque debía abordar mi siguiente bus, ya que soy la que vivo más lejos que ellos. Y así terminó mi loca aventura junta a mi amiga especial, llegando a mi casa a las ocho de la noche.

Con esta travesía aprendí que con mi amiga especial se pasan ratos realmente divertidos y emocionantes ya que ella es, muy inteligente, perfeccionista, loca, divertida, confiable, amigable, muy enamorada, seria, enojona (a veces), regañona, fiestera,  pero en fin es mi amiga y así la quiero.  Por eso la extrañaré mucho cuando salgamos del colegio, pero siempre llevaré guardados en mi mente y corazón momentos como este que viví a su lado. También llevaré siempre presente todos los días en la mañana que compartimos el asiento en el bus, porque ella me cuenta parte de sus problemas, anécdotas, aventuras, conquistas y muchas cosas. No solo hablamos, incluso le comparto mi brazo para que durmamos, cuando estamos muy desveladas, estudiamos o repasamos algunos temas y escuchamos música juntas a veces. Por las tardes, nos vamos sentadas en el mismo asiento, viendo algunas películas interesantes o molestando. Por eso y más le deseo éxitos en todo lo que haga en el futuro, esperando que me invite a la boda con su finquero. Nunca olvidaré todos los momentos que hicimos trabajos en equipo juntas, donde nos enojábamos, pero a pesar de todo nunca nos dejamos de hablar. Sólo espero que nunca se olvide de mí, porque yo no la olvidaré, más su típica manera de gritarme, hablarme por Facebook o en la clase “Rosaaa”. Sé que ella llegará muy lejos, siendo una excelente agrónoma. Y aunque sé que no soy una de sus mejores amigas, quiero que sepa que la quiero y aprecio un montón.

Esta entrada, está hecha con mucho cariño para vos Elizabet Fuentes, esperando que te guste.





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